miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los mosquitos

Aquella noche en la Albufera dormimos en una tienda de campaña. Por la mañana verificaríamos lo que ya habíamos percibido por la noche, la habíamos plantado junto a un humedal. Al poco de instalarnos en los sacos de dormir descubrimos que el número de habitantes de la tienda era muy superior a lo previsto, docena y media de mosquitos compartían nuestro reducido espacio. A manotazos redujimos considerablemente la población pero este proceso nos acercó a las 4 de la mañana. Para paliar esta situación me fumé un porro. Pedro no fumaba desde que un día, fumado, se cayó en bloque de espalda, como solo pasaba en los tebeos. Entre manotazo y manotazo fui descubriendo cosas importantes tales como que no tenemos cinco sentidos sino seis; las razones físicas de la levitación; si James Joyce de habérsele ocurrido habría incluido en su Ulises sensaciones físicas de la imaginación y como podría haber hecho para transmitírselo a los lectores; como el pensamiento se divide en dos uno que explica y el otro que escucha; el mecanismo del proceso del almacenamiento de datos por la memoria; etc, etc Precisamente de esta última explicación poco puedo hablar porque fue la que me ayudo a superar la situación de desvelo. De las demás tampoco.