martes, 29 de mayo de 2012

La niña en el sofá


El relato en sus orígenes era éste:

“La niña está en el sofá, su cuerpo echado para delante, parece concentrada en la televisión, quizá un poco demasiado inclinada.

Otra vez lo ha estropeado todo con su padre.”

Se lo di a leer a mi hija y vio abusos  por parte del padre, cosa que no era mi intención. Dada una cierta formación de fotógrafo, yo escribía el relato de un instante, de hecho, tengo una cierta tendencia a la instantantánea,  y la mayoría de mis relatos son eso, instantáneas, no así los  publicados hasta ahora.

No podía dejar el relato como estaba, porque era peor que el que había visto Ana. No podía fijar el de Ana  porque era más suyo que mío. Opté por una tercera vía.

Silencio




Un pajarito cantando a intervalos, un perro en la lejanía.

Kawabata




Tras abrir la persiana del salón, éste quedó casi en penumbra. Evité la luz artificial para no despertar a mi mujer de la que me estaba separando. Mi intención era seguir leyendo unos cuentos de Kawabata pero las pocas y bellísimas palabras que leí me llevaron a observar el difícil momento en que vivía. La dificultad no estaba en mi situación de ruptura que sí la hacía difícil, sino en la imposible luz que entró por la ventana al abrir la persiana.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Un cuento hormonal


A nuestro protagonista, camino del bosque de pinos y encinas, se le aparece un ser fantástico, un ser diminuto, algo cabezón y con larga y blanca barba, que le dice:

-Has tardado mucho en llegar, te esperábamos desde hace tiempo, tu forma de ver el mundo nos congratula a todos,  por ello…

Sin dejarle terminar, si es que tenía algo con lo que terminar, nuestro protagonista se echó a llorar agradeciendo que alguien se interesase en él. –Nunca antes se había interesado por mi nadie… salvo las mujeres, claro, y eso, todo el mundo sabe, que por motivos hormonales…

Relato suplente en concurso 99 palabras. No presentado

Un cuento poco moral


Este es un cuento en el que las cosas son como son, no como deberían ser.

Érase un rey de un país lejano cuyo hijo era poco trabajador y apegado a su madre. Cuando este hijo decidió casarse lo hizo, contra la opinión del padre, con una pastora. La pastora no era virgen y el hijo lo sabía, pero eso está bien.

Durante su matrimonio nadie sabe si apostaron por relaciones con otros  individuos, eso queda en su intimidad, pero no es  importante.

Y los dos fueron algo felices y también infelices pero eso está bien.

Y así todo.

Cuento presentado en concurso 99 palabras

domingo, 20 de mayo de 2012

Una mirada


Sólo quiero contar una cosa que una vez una amiga me contó  que le había sucedido. No estoy seguro que amiga fue, aunque estoy cerca de recordarlo.
Mi amiga me contó que una vez entró en el metro, iba sola y se sentó en un asiento. Enfrente de ella quedó situado  un chico al que no había visto nunca. Sintió necesidad de mirarlo. A él le debió suceder lo mismo, así que quedaron mirándose. No paraban de mirarse, suavemente, sin violencia, sin que sucediese nada más que eso y que el metro continuaba su camino hacia la siguiente estación. El chico tenia un amigo que no paraba de mirar a ambos sin decir nada, tratando de saber que estaba pasando.
El metro llegó a la siguiente estación y el chico y su amigo se levantaron para irse. El chico sonrió suavemente y saludo a mi amiga y se fue. Mi amiga le devolvió el saludó y le dejo marchar. Y eso es todo.

Amores





Hicieron el amor con pasión. Antes, ahora y en el futuro se sentirán atraídos. Independientemente de que al día siguiente ella volvería a tontear con el otro, de que él desearía, con desconcierto, que se fuese a tontear con el otro.

sábado, 19 de mayo de 2012

Otra vez la maldita anécdota

 

Raúl, pobre paria, ya está viejo, cuenta por enésima vez la misma anécdota. La anécdota funcionó bien en su momento, es más, tiene gracia, pero, la ha contado tantas veces…

Incluso ha ido mejorándola con el tiempo, pero, ya ni se acuerda a quien se la ha contado y a quien no y sencillamente vuelve a contarla por enésima vez. Pobre Raúl que ya viejo vuelve a contar la misma anécdota y aunque mejorada cae en los demás como un jarro de agua fría.

¿Les he contado lo del pobre Raúl?

martes, 15 de mayo de 2012

La casita de chocolate





Seamos realistas como mi hijo Jaime, la casita de chocolate se la comieron las hormigas.


Distintos animales






El gato pierde un ojo. Sigue viviendo como si perder el ojo fuese lo mismo que no perderlo.

Raúl, bien alimentado desde la niñez, vivía sin notar la diferencia que habría supuesto no estar bien alimentado desde la niñez.

Sentimientos mutuos





¿Me esperarán los árboles como yo espero para volverlos a ver año tras año?

sábado, 12 de mayo de 2012

Heráldica sin importancia




Ya, en los últimos años de su vida, observó que ya era demasiado viejo para enterarse de la diferencia entre un marqués, un conde, un duque y demás aristócratas.

Conversación de vestuario





En los vestuarios:

-¡Hoy es jueves ya!

-Hoy es jueves- confirma el otro.

-Ya.

jueves, 10 de mayo de 2012

Creencias de ultratumba


Según una antigua creencia, cuando alguien muere, su alma retorna a las raíces de un árbol donde se mantiene hasta volver a nacer. Así pues decidí morir en el campo en un determinado lugar en el que había un árbol que para mí era, desde mi adolescencia, El Árbol. Efectivamente, a sus raíces fui a parar tan ricamente. No contaba con que por ahí estaba planificada una nueva carretera.

Herida abierta






Me corto el dedo con el cuchillo. Sangro un montón. Me pongo una gasa pero no tengo esparadrapo. Me sujeto la gasa pero me cuesta manejar la mano con la gasa que tengo que apretar. De momento, sigo comiendo con la izquierda. Envidio a los héroes, los  héroes no habrían dado importancia a un corte en el dedo. ¡No dan importancia a una herida de bala!

Pero el problema es más la sangre que el dolor, si no hago lo de la gasa y todo eso, lo pringo todo. Entonces caigo, los héroes no sólo son valientes, también son guarros.

Rabia





Manuel ve una película en cine. El protagonista, un niño de 12 años, ataca al matón que abusa de todo el mundo. Le golpea con una bomba de bicicletas, primero en la cabeza, luego donde puede, con rabia. Manuel le acompaña con movimientos reflejos, como si se defendiese, como si fuese él el que atacase, como si convulsionase.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Micropensamiento 1





Cuando leo lo que han escrito otros tengo tendencia a pensar que ellos saben lo que significa lo que escriben.

Poesía 1








Puesto que pase lo que pase

Me hagan lo que me hagan

Voy a seguir viviendo,

Quisiera vivir en una nube,

No reaccionar ante nada.



Si a pesar de todas las atrocidades que cometo

Sigo teniendo sentimientos,

Si a pesar de no parar de vaciarme

Sigo lleno,

Que más da hacer que no hacer.



Que más da perder a una mujer si sigo enamorado



Me tapo los ojos con tres dedos delante del espejo

Y me gustaría verme,

Pero como tengo los ojos tapados no lo consigo.

Matrimonio





Una pareja, setenta años, él delgadito, ella de generosa constitución se sientan en la terraza de un bar. La silla de él tiene una pata rota, se levanta de inmediato a cambiar de silla.

Cuando vuelve con otra, ella le dice: –Cámbiala.

Él dice: –Ya.

Ella: -Es que está rota.

La suerte de ser niño



Clara trata de coger las zapatillas que su hermano se empeña en mantener en el centro de la piscina. Clara imitando la voz quebrada del llanto llama a su madre que a su vez habla por el móvil y no la escucha.

Otra niña más pequeña juega a ser un lobo y le aulla. Clara  sale en su persecución riendo.

El lagarto





El gran lagarto está nadando en la piscina, es de plástico y juega con una pelota.

La vergüenza






Vergüenza, siento vergüenza y vergüenza de mi vergüenza. Grito vergüenza en voz alta y no termino por vergüenza.

Un eterno problema


El tamaño importa y no importa, con lo cual queda zanjada la cuestión.

Un espía en la cama


Cuando cerraba los ojos para dormir una especie de ojo de gavilán se quedaba abierto dentro de su cabeza para observar los sucesos o sensaciones más apremiantes o simples y casuales paisajes inventados en los que suceden cosas extrañas.

Muerte natural


Muy discreto y siempre tímido, cuando llegó la hora dijo que creía que iba a morir un poco.

El relato de un relato


Esta noche casi no ha dormido. No ha dormido porque esta noche ha inventado el más inteligente microrelato o quizás, pensándolo bien, el mejor  relato breve o incluso relato a secas, de la historia de los relatos.

             Desgraciadamente es de tal complejidad que sólo puede vislumbrarlo.

            Cuando se ha dado cuenta de que sólo puede vislumbrarlo, ha tratado de rescatar los restos escribiéndolo. Para ello, a las tres y media de la madrugada, ha ido a por su cuaderno y un bolígrafo y se ha puesto a escribir con la mala fortuna  que a las cinco palabras el bolígrafo deja de escribir, que él cree que no escribe porque está escribiendo en la cama con el cuaderno hacia arriba, con lo que al bolígrafo no le llega, como quien dice, la sangre a la cabeza, pero, resulta que no, que es que se ha acabado. Coge un segundo bolígrafo y éste está acabado de antemano. Se levanta y va a su especie de bolso donde sabe que tiene varios, el tercero está descabezado y ponte a buscar la cabeza a las tres y media de la mañana, y por fin un cuarto con el que sí consigue escribir.

            Resulta que en el relato que se estaba gestando en su cabeza en forma de sueño, con lo cual  no se sabe siquiera si tiene mérito, o sea que en el sueño él estaba leyendo  un relato no suyo en la ficción del sueño, pero suyo en cuanto a que es su sueño, de esos que no sabes que estás leyendo hasta bien avanzado el relato, aunque si sabía que hablaba del fin del mundo o bien hablaba de la muerte de Cristo, eso no lo puede recordar. Lo que para él lo hacía muy inteligente era que la muerte o destrucción estaba basada en una secuencia imparable de acontecimientos basados en la lógica y sólo hacia, por decir un número,  hacia el cuarenta acontecimiento te das cuenta de lo que estás leyendo y descubres el resto porque es un acontecimiento del inconsciente colectivo desmembrado en miles de subpartes, En medio del sueño descubre cual es la solución pero solo un instante porque es tan complejo que se le va inmediatamente de la cabeza, pero ese instante es suficiente no sólo para ver la solución sino también para ver que es muy inteligente.

             Tal relato lo ha tenido al alcance de su mano y ha dejado que se le escurriese de la mente, ¡para desesperarse! Para colmo cree que si pensase mucho podría reencontrarlo, pero solo es una ilusión.

             Tras  rescatar al papel todo lo que recuerda, decide volver a dormir. Buenas noches.

           Vuelve a escribir porque descubre que el relato tiene forma de esfera y está compuesto de trescientos sesenta pasos y como ya dije sólo cuando llevas unos cuantos te das cuenta por donde vas y hacia donde vas y cree que una de las razones de saber a donde vas se debe a que el relato forma parte de una serie de relatos monotemáticos sobre la destrucción del mundo o la muerte de Cristo, que todavía no consigue desvelar cual de las dos es, siendo la estructura la que es desigual y que ni siquiera entiende como siendo ateo puede confundir un tema con otro.

          Y todo porque tenía calor en la cama. Tras escribir todo esto se quita ropa para poder dormir, aun a sabiendas de que se esta desprendiendo de su creatividad. Sin embargo aumentan  las posibilidades de dar al relato un toque erótico al notar la desnudez de su piel y tras un invierno tan largo. No así dadas sus condiciones de edad, sesenta y ocho años, edad en la que convencionalmente eso está excluido aunque no lo esté en el sentimiento. Y ahora sí se duerme con un cierto regocijo en el corazón.




Dudas






La decisión no era fácil. Cruzar a la otra acera significaba perderse el paso de la gente de ésta.

El limonero del huerto




Tengo un huerto, realmente no, en la ficción. Dentro del huerto, un limonero, bueno, ciertamente, el huerto se limita al limonero, no hay más. El limonero está cargado de limones todavía verdes. Tan cargado como nunca había visto uno de cargado.