Jaime, mi hijo, entonces de nueve
años, como en el anuncio, me señala una niña de tres años –mira, ves esa niña
de los manguitos verdes- Veo a una niña, que en mi deformación, yo habría definido como negrita, con manguitos verdes. -Pues esa,
cuando le ha tirado su padre al agua, estaba aterrada.- Su padre, posiblemente
padre adoptivo, blanco de unos cuarenta años, empujaba a otra niña muy parecida,
con manguitos rosas y de la misma edad, quizá gemela de la primera, al agua.
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