Me corto el dedo con el cuchillo.
Sangro un montón. Me pongo una gasa pero no tengo esparadrapo. Me sujeto la
gasa pero me cuesta manejar la mano con la gasa que tengo que apretar. De
momento, sigo comiendo con la izquierda. Envidio a los héroes, los héroes no habrían dado importancia a un corte
en el dedo. ¡No dan importancia a una herida de bala!
Pero el problema es más la sangre
que el dolor, si no hago lo de la gasa y todo eso, lo pringo todo. Entonces
caigo, los héroes no sólo son valientes, también son guarros.
Me gusta, me gusta mucho.
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