Una pareja, setenta años, él
delgadito, ella de generosa constitución se sientan en la terraza de un bar. La
silla de él tiene una pata rota, se levanta de inmediato a cambiar de silla.
Cuando vuelve con otra, ella le
dice: –Cámbiala.
Él dice: –Ya.
Ella: -Es que está rota.
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